La obra expresa el caos y el dolor del año 2020 con la pandemia provocada por el COVID-19 mientras aparecen pequeños islotes de esperanza, dibujados de forma irregular pero con un punto en común, su color dorado.
En la soledad de la obra se aprecian múltiples trazos, recordando los acontecimientos fatídicos del año…
El cuadro nos recuerda con solemnidad y respeto a todo lo ocurrido y el espíritu de supervivencia de la especie humana.
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